MI HIJO SE VA
El otro día, me comenta una persona,que su único hijo de veintipico de años se va del país porque acá no tiene futuro, el joven tiene estudios universitarios y trabajaba en un banco internacional el cual debido a los cambios en nuestro país decide cerrar y le ofrece a sus empleados mas capaces la posibilidad de ir a trabajar a New York.
Antes de decidirse a viajar, busca empleo acá y al ver que no encuentra algo acorde a sus conocimientos decide aceptar la propuesta y de esta forma se va definitivamente en busca de un futuro, dejando a su familia sumergida en el dolor e impotencia sin poder hacer nada para retenerlo ya que saben que acá, no va a poder progresas.
Me fui a casa pensando en lo doloroso que debe ser, cuando recibo un llamado de mi hijo en el que me comenta que la empresa donde esta, lo traslada a Orlando a trabajar en un proyecto dos o tres meses.
Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas y se mesclo la alegría con el dolor, por primera vez en 23 años no va A PASAR SU CUMPLEAÑOS CONMIGO, pero eso no sería nada si no fuera por el miedo que me embargo el corazón, miedo a que se quede y no vuelva.
Mas fríamente me puse a conversar con amigas y conocidas de lo que me pasaba y para mi sorpresa me comentan que casi todos que tenían algún hijo/a que se había ido en busca de un futuro.
Desesperada les pregunte como hacían para superarlo y solo me dijeron “que podemos hacer”. Es verdad,que podemos hacer si sabemos que se mataron estudiando una carrera para que después no consigan trabajo y si lo encuentran ganen menos que el recolector de basura, que no estoy en contra de que perciba un buen sueldo, solo que no puedo entender como alguien que estudio 20 años de su vida no gane lo que merece.
En ese instante me vino a la cabeza mi sueño de la mesa grande con todos mis hijos y sus familias alrededor,sueño que a este paso dudo en poder tenerla, entonces indefectiblemente me pregunto ¿seremos una generación de padres solos?, ¿estaremos condenados a no poder disfrutar de nuestros nietos? ¿En una Argentina donde vienen de todos los países limítrofes a buscar un mejor pasar es lógico que nuestras mentes brillantes y capaces se tengan que ir? ¿Con que cara les pedimos que se queden y apuesten a su tierra cuando vemos que todo se está desmoronando?
Por supuesto que tengo muchas preguntas más sin respuesta, pero hoy solo estoy abocada a desear que no sólo mi hijo vuelva pronto sino que mis dos hijas no se vallan pues no quiero resignarme a tenerlos lejos sólo porque unos cuantos atorrantes se llenan los bolsillos mientras el pueblo emigra hacia lo desconocido y las familias se desangran.
2 comentarios:
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós. Serrat...Esos locos bajitos . Arturo
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad. (Kahlil Gibran) Arturo
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