CALLAR: CADA VEZ MAS COMÚN
¿Cuándo perdimos la capacidad de quejarnos? El otro día estaba en un hipermercado y cuando llego el momento de ir a la caja me quise morir, en las POCAS que estaban habilitadas la fila llegaba hasta pasando el pasillo central o sea más de veinte metros y creo que me quedo corta.
Me había demorado 1hs. en realizar las compras y estuve más de 3hs. para pagar, pero lo peor fue que la gente estaba RECIGNADA si, enojada pero definitivamente resignada pues nadie se quejo a pesar de que había muchas cajas vacías. Una situación anormal la tomaban con serenidad.
Cuando pedí por alguna persona a cargo me miraron como si estuviera loca y cuando me queje nadie dijo nada.
Mi enojo ya dejo de ser con el híper y paso a ser con la gente, en ese instante no pude resistirlo y subí el tono de mi vos entonces dije: “SI TODOS NOS QUEJAMOS VAN A TENER QUE HABILITAR MAS CAJAS”, nadie dijo nada.
En ese instante me di cuenta de que los argentinos estamos en un letargo y que tener una continuidad de gobernantes tan ineptos e insensibles nos hizo inmunes a todas las cosas que nos pueden hacer, desde meternos las manos en los bolsillos (ALGO QUE TODOS HICIERON) hasta faltarnos el respeto cuando no les importa nuestro tiempo.
Si en ese instante todos hubiéramos dejado los chaguitos llenos y nos hubiéramos ido, les aseguro que eso no sucedería más, pero nadie se atreve a hacer nada y es porque no tienen un modelo opositor que defienda a la gente.
Cuando mis hijos me dicen: “mamá, porque no te metes en política” le respondo que no hay un partido opositor serio y que cuando llegue al gobierno haga exactamente lo que prometió y NO HAGA TODO LO QUE CRITICO.
Les aseguro que si alguna vez encuentro ese partido me uniré como tanta gente, pero sinceramente es muy difícil, somos y seremos ARGENTINOS